La música
costaricense es muy diversificada y de muy buena calidad y se inscribe cada
vez más el porvenir de nuestros músicos contemporáneos en una perspectiva
internacional.
Un gran número de
grupos musicales, tocatas, coros, tríos, cuartetos, orquestas como la
Orquesta de las Guitarras, y conjuntos musicales del país, populares o
folklóricos tales como el grupo Cantares y sus acentos afro caribeños,
ofrecen conciertos y registros de los más diversificados, entre los cuales
Calypso de Walter Gavitt Fergusson.
Los jóvenes pueden
iniciarse a la práctica de un instrumento musical en las diversas escuelas
municipales y privadas del país, así que en las universidades: en 1993, la
Escuela de los Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica inauguró un
Cientro Electrónico de Investigación musical y inició un Programa de
Investigación y de Cambio del Patrimonio Musical Costaricense; también se
encuentra la Escuela de música de la Universidad nacional creada en 1974 y el
Instituto Nacional de Música.
Esta abondancia de
formaciones y de instituciones resulta de un proceso de busca de la
excelencia. Este proceso causa la creación, entre otras cosas, de la
Orquestra Sinfónica Nacional en los años 1940, y del Conservatorio de Música
en 1942, el cual formará parte de la Universidad de Costa Rica en 1944.
Numerosos excelentes músicos participan en esta investigación. Se puede citar
el tenor Manuel Salazar (1887-1950), la pianista Lolita Castegnaro
(1900-1979), los compositores Julio Fonseca (1885-1950), Alejandro Monestel
(1865-1952) y Carlos Enrique Vargas (1919-1998), entre otros.
En 1926, se
organiza la primera orquestra sinfónica bajo la dirección del belga Juan
Loots, director general de las tocatas desde 1907. Se disolverá en 1927.
Habrá que esperar hasta los años 1940 para para ver organizarse la segunda
orquestra sinfónica nacional, que permanecerá hasta 1970. Este año, José
Figueres Ferrer es elegido presidente, y es el año cuando se decidió la
creación del Ministerio de la Cultura, Juventud y Deportes. La orquestra va a
ser reorganizado, se contrata a numerosos instrumentistas extranjeros que
tiene que instruir a jóvenes además de formar parte de la orquestra. En 1972,
se creó el Programa Juvénil de la orquestra nacional.
Se consolidaron
stos esfuerzos iniciales a finales del siglo XX y a principios del siglo Xxi con
la internacionalización de la música costaricense. En efecto, en 1999, el
grupo Editus ganó el Grammy Award con el cantante panameño Rubén Blades,
incorporando elementos de música clásica contemporánea y jazz. Siempre con
Blades y otras artistas, Editus ganó el Grammy 2002 incorporando esta vez,
instrumentos y ritmos irlandéses, árabes y afro cubanos. La Orquestra
Sífonica Nacional ofreció aclamados en diferentes países como por ejemplo
Japón, España y Alemania. La cantante y autor costaricense Guadalupe Urbina
se presentó en Europa, la soprano Iride Martínez cantó con el Emérito tenor
Plácido Domingo y se presentó recientemente en Berlín, el pianista Iván
Salazar (medalla de oro en los conservadores de Montpellier y Avignon) y la
guitarrista Judith de l’Asunción se presentaron en el Grand Salon des
Invalides (París) el 10 de marzo de 2006. El ballet “mi Hermoso Costa Rica”
obtuvo el primer premio en la categoria orquestra, canto y baile en el
festival de los Pireneos en 2005. En Chile, en febrero de 2006, el
costaricense Humberto Vargas ganó el primer premio del festival internacional
de la Canción de Viña del Mar.
Por otro lado,
cantantes de renombre internacional nacidos en Costa Rica tuvieron el honor
de presentarse en el Teatro del Olympia (París). Es el caso de Chavela Vargas
o de Julita Cortés, cantante del grupo Machucambos.
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